Juan Carlos Unzué: "A pesar de la ELA, me sigo sintiendo útil"
El exftubolista es el protagonista de ‘Unzué, el último equipo de Juancar’, un documental que aborda su vida diaria y la enfermedad que padece
Desde que, hace cuatro años, a Juan Carlos Unzué le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el exguardameta lucha con optimismo y empeño para visibilizar esta enfermedad neurodegenerativa incurable y reclamar más investigación y ayudas para los afectados. En el marco del BCN Film Fest ha presentado el documental ‘Unzué. El último equipo de Juancar’.
PRONTO: Es el segundo documental que protagonizas. ¿Qué ha cambiado del primero a éste?
JUAN CARLOS UNZUÉ: El objetivo sigue siendo el mismo. Dar visibilidad a la enfermedad, pero de una forma más clara. El anterior documental, 'Vivir valELA pena', estaba más enfocado en mi vida y, éste, en dar a conocer la enfermedad, sin esconder absolutamente nada, pero a la vez sin ser un drama. ¡Para nada! 'Unzué. El último equipo de Juancar' recoge muy bien lo que siento, pienso y transmito, que es un mensaje positivo.
Aquí puedes ver el tráiler de este bonito trabajo:
"No puedo levantar la cuchara"
P.: Hace un año me decías que no habías tenido ningún día de ver el vaso medio vacío. ¿Sigues igual?
J.C.U.: Sí, y hay una razón. Sigo estando activo y me sigo sintiendo útil. Tengo momentos de más o menos alegría, pero no he tenido ese día de bajón. Es posible que llegue, pero no me quiero adelantar al futuro. Si aparece, ya lo gestionaré, de la mejor forma posible.
P.: ¿Cuáles son las principales dificultades que tienes que afrontar en tu día a día?
J.C.U.: Ahora mismo, necesito ayuda para todo lo que requiere algo de movilidad. No puedo levantar la cuchara o el tenedor para comer. Otro detalle, hasta hace tres semanas, con ayuda de María, mi mujer, yo era capaz de subir y bajar del coche. Ahora, requiero de otra persona más para ello. Son pequeños cambios, pero también trascendentes.
P.: ¿Qué cosas te hacen feliz?
J.C.U.: Muchas... Y todas están relacionadas con algo no material. Siento el cariño y el respeto que me ha demostrado mucha gente. Que me pare por la calle una persona que no conozco de nada, me dé las gracias y me diga que le he ayudado, es increíble. Al principio, no estaba preparado para esto, incluso me sentía un poco abrumado. Ahora, me he acostumbrado a ello y lo agradezco muchísimo.