Miguel Bosé se opone a que sus hijos sean reconocidos como hermanos de los de su ex
El deseo del cantante es que los cuatro niños vivan con él, pero que no se les reconozca legalmente como hermanos
Miguel Bosé y su expareja, Nacho Palau, se enfrentan desde el lunes 19 de octubre en los tribunales por el futuro de sus cuatro hijos. Una de las primeras informaciones que ha trascendido del juicio es que el cantante niega la paternidad de los cuatro niños. Eso sí, desea que todos ellos, Diego, Tadeo, Ivo y Telmo, vivan juntos. Parece que el principal objetivo de Miguel es que el juez no reconozca como hermanos a Diego y Tadeo (hijos biológicos de Miguel) respecto a Ivo y Telmo (hijos biológicos de Nacho Palau). De este modo, ni él ni Nacho, serían padres de los cuatro niños, sino solo de los que ya lo son biológicamente.
Miguel Bosé no quiere que Nacho Palau pueda decidir en la educación de los niños
En el fondo, todo apunta a que la preocupación del artista es que su expareja, Nacho Palau, tuviera derecho a tomar decisiones sobre la educación y forma de vida de los cuatro hijos, cosa que se confirmaría si se le reconociera la paternidad de Diego y Tadeo, los dos hijos biológicos de Miguel Bosé. De momento, solo puede decidir sobre Ivo y Telmo.
Ahora solo queda esperar la decisión del juez. Nada más acabar el juicio, Miguel se marchó inmediatamente de vuelta a México, evitando en todo momento cruzarse con la prensa y hacer ningún comentario acerca del proceso judicial. Por su parte, Nacho imaginamos que se marchó a Chelva, donde reside, y donde ha conseguido un trabajo en una fábrica de embutidos.
Los niños podrían vivir a 9.000 km de distancia y en entornos muy distintos
Lo que realmente está en juego en este juicio es el futuro de Diego, Tadeo, Ivo y Telmo, ya que, si el juez decidiera que no son hermanos, los hijos de Miguel vivirían con el cantante en México llevando un nivel de vida muy por encima de los hijos biológicos de Nacho Palau, dado que, hoy por hoy, la situación económica del escultor no es equiparable a la de su expareja, Miguel Bosé. Así, los hijos de uno y de otro crecerían a miles de kilómetros de distancia y en ambientes muy distintos.