Rocío Crusset, hija de Carlos Herrera y Mariló Montero, no se calla ante quienes critican su cuerpo
La modelo ha respondido a uno de los mensajes de una 'hater', que la ha acusado de tener un trastorno alimenticio por su imagen
Rocío Crusset, la hija de Carlos Herrera y Mariló Montero, está triunfando como modelo a nivel internacional, pero la fama tiene un lado negativo. La joven recibe a diario muchos cumplidos por su figura, pero también muchas críticas por algunas personas que la acusan, falsamente, de padecer un trastorno alimenticio.
Cada paso que dan las celebrities e influencers en redes sociales son mirados con lupa, al igual que su imagen. Al ser de complexión delgada, la joven lleva mucho tiempo recibiendo este tipo de comentarios, y aunque suele callarse, esta vez ha dicho basta.
Rocío Crusset responde a las críticas por su imagen
Una seguidora, que Rocío ha mantenido anónima, le ha mandado un duro mensaje: "Apología de la anorexia... no deberían publicarse perfiles como el tuyo por este tema que siempre influye a la juventud". La modelo, harta, ha respondido muy tajante en sus historias de Instagram.
"Hace mucho que no me pronuncio ante este tipo de comentarios. No voy a defenderme, porque sé que estoy estupenda y no me afecta en absoluto que me llamen anoréxica" ha comenzado, aunque ha querido visibilizar el verdadero problema que acarrean estos comentarios
"Sí quiero que se entienda de una vez, que hay muchas personas con este tipo de trastornos a las que sí les afecta. A estas alturas, a mí ya me pilla entrenada para que, por un comentario así, empiece a cuestionar mi físico. Así que antes de comentar el cuerpo y el físico de cualquiera, pensad en lo que pueden estar pasando" ha concluido.
Rocío no ha sido la única que ha respondido este tipo de críticas por su cuerpo. Otras modelos como Marta López Álamo también se han defendido de este tipo de comentarios y han dejado muy claro que estar delgadas no implica que tengan un trastorno.
Los trastornos alimenticios afectan a las personas independientemente de su peso, ya que son trastornos mentales y afectan a la percepción que tiene uno mismo sobre su persona y su relación con la comida. El físico juega una parte esencial en estos casos, pero no implica que exista un TCA detrás.