Los pequeños niños de Chumvi, Kenia, a los que Sandra Blázquez ha dado una oportunidad para salir adelante en su escuela, posiblemente nunca han seguido las series que hizo o la carrera que forjó como actriz. Pero nada de eso les ha hecho falta para convertirla en su ídolo. Y ella, ahora, ya no quiere otros fans ni otras historias que contar que las suyas.