Tamara Falcó e Íñigo Onieva no podrían estar más felices. Después de poner el broche de oro a su relación de tres años con una boda por todo lo alto y una luna de miel que no parecía tener fin, los dos han vuelto a España con las pilas cargadas y sus primeros eventos a los que acudir.Recientemente, los marqueses de Griñón acudieron a la boda de unos amigos íntimos, que, de hecho, son los responsables de que la pareja se conociera en 2020. Para aprovechar su viaje al sur, los dos se han dirigido a la costa gaditana para exprimir al máximo los ultimos días de vacaciones antes de la vuelta a la rutina.