La vida de Lola Flores: su amor más pasional, irracional y destructivo
Tercer capítulo del coleccionable de tu Revista Pronto sobre la vida de la artista Lola Flores
Lola y Manolo Caracol en su primer espectáculo juntos, "Zambra".
Este nuevo capítulo de la vida de Lola Flores está dedicado a Manolo Caracol, el hombre que le sacaba 14 años y que pasó por su vida como un huracán, causando en ella una adicción tan pasional e irrefrenable como tóxica.
Juntos formaron a partir de 1944 el dúo más famoso y aclamado de los escenarios de España, pero aquel hombre que estaba casado y tenía hijos acabaría convirtiéndose no sólo en su fogoso amor prohibido sino en un amante celoso y agresivo que la llevaría a una vida peligrosa donde las juergas, las drogas, los golpes y los abortos estaban a la orden del día.
Primera actuación y primer arrebato
Su primera actuación juntos fue en Valencia, con un espectáculo llamado “Zambra”. Manolo cantaba pegado a la cara de Lola con una voz rota, profunda y diabólica que a ella le erizaba el vello, le provocaba taquicardias mientas entonaban aquella famosa “Niña de fuego”.
Se trataba de una canción muy bien titulada, pues la Flores ardía por dentro junto a aquel hombre. El público se desvivía con aquella pareja salvaje que pronto dejó que sus deseos afloraran.
Cartel de la película "Embrujo", que causó un gran revuelo al estar protagonizada por las dos estrellas del momento.
Lola no podía ni siquiera mirar a otros hombres
“Le tenía un amor de niña", declaró en una ocasión Lola. "Con él conocí las mejores corridas de toros, los mejores hoteles, los mejores artistas. Éramos los dioses de la madrugada”, cuenta Lola en sus memorias “En carne viva”.
Lo que obvió decir ante la grabadora de su autor, Tico Medina, lo confesaría años después, cuando en numerosas ocasiones reconoció haber tomado cocaína junto a Manolo Caracol, que fue quien la introdujo en un vicio al que ella sucumbió en repetidas ocasiones.
El romance duró ocho años vertiginosos en los que Lola no podía mirar a otros hombres mientras que él metía a varias mujeres en su cama sin pensárselo dos veces y seguía casado con Luisa, que siempre fue su mujer y a la que nunca abandonó. Y en el vientre de Lola no tardaron en llegar los embarazos.
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