Níscalos guisados
Prepara unos deliciosos níscalos guisados, un plato tradicional lleno de sabor otoñal, perfecto para disfrutar del aroma de los hongos silvestres con un toque de pimentón y laurel. ¡Ideal para acompañar cualquier comida!
Los níscalos, también conocidos como rovellones, son uno de los hongos más apreciados en la cocina, especialmente en la temporada otoñal. Este guiso de níscalos es una receta rústica que resalta el sabor natural de estos hongos, combinándolos con un sofrito de pimientos, cebolla, ajo y un toque de pimentón que le da un carácter cálido y ahumado. El laurel y el perejil fresco le aportan un toque aromático, mientras que la pimienta de Cayena añade un toque sutil de picante, que puede ajustarse al gusto. ¡Un plato reconfortante y perfecto para los amantes de las setas!
- Ingredientes
- • 1 kg de níscalos
• 1 cebolla
• 1 pimiento verde
• 1/2 pimiento rojo
• 2 dientes de ajo
• 2 cucharadas de salsa de tomate
• 1/2 vaso de caldo
• 1 pimienta de Cayena
• 1 cucharada de pimentón dulce
• 2 hojas de laurel
• 2 ramitas de perejil
• aceite
• sal
Tiempo Total45 minutos
Preparación15 minutos
Cocción30 minutos
Coste € € €
Dificultad
Entrantes Tipo de plato
Vegetariana Tipo de dieta
Temporada
4 Porciones
143 kcal/ración Info nutricional
La receta paso a paso de níscalos guisados
Pasos
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01.
Corta el extremo del pie arenoso a los níscalos, lávalos bajo el agua del grifo sin dejarlos en remojo y sécalos. Deja enteros los más pequeños y corta en varios trozos los más grandes.
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02.
Pela y pica la cebolla y corta los pimientos en trocitos; sofríelo todo en una cazuela con aceite.
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03.
Añade los ajos picados y la pimienta y dóralos. Espolvorea el pimentón, tuéstalo unos segundos, removiendo con una cuchara de madera, y agrega la salsa de tomate, el laurel y el perejil picado.
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04.
Mezcla bien, añade los níscalos, sálalos y vierte el caldo o un poco de agua. Deja cocer durante 15 minutos y sirve caliente.
El truco de cocina de Pronto
Para que los níscalos conserven toda su textura y sabor, límpialos suavemente con un paño húmedo sin sumergirlos en agua. De esta forma evitarás que absorban demasiada agua y pierdan sabor durante la cocción.
Este plato puedes servirlo como aperitivo o entrante e, incluso, utilizarlo como base para hacer un sabroso arroz de monte.