TOC: qué lo causa y cómo afrontarlo
El trastorno obsesivo compulsivo es una de las cinco enfermedades mentales más frecuentes
La persona diagnosticada con un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) está atrapada por obsesiones y/o compulsiones que interfieren de tal manera en su vida cotidiana que la Organización Mundial de la Salud considera esta enfermedad como una de las 10 más discapacitantes que existen.
Se trata de una patología mental que está presente en distintas culturas y puede darse tanto en hombres como en mujeres. Afecta a un 2,5% de la población, ya sean niños, adolescentes o adultos. Sin embargo, con el tratamiento adecuado puede mejorar notablemente.
La creación de un círculo vicioso
Las obsesiones
Son pensamientos, imágenes, impulsos e incluso melodías que aparecen de forma repetitiva y no deseada en la mente de la persona y le desencadenan un elevado nivel de malestar como ansiedad o culpa. No se trata preocupaciones habituales. Un ejemplo de obsesión puede ser el pensamiento recurrente de sentirse sucio o de que algo terrible va a suceder.
Las compulsiones
Se trata de conductas o actos mentales (como rezar o contar) que la persona "debe" llevar a cabo para disminuir el malestar derivado de las obsesiones como, por ejemplo, lavarse las manos reiteradamente o comprobar muchas veces la llave del gas.
A menudo los pacientes con TOC pueden necesitar realizarlas de manera ritualizada, es decir, en una secuencia que no se puede cambiar.
La persona sabe que estas obsesiones y compulsiones son absurdas. Pero no puede impedirlas. Así entra en una rueda donde la obsesión la lleva a actuar compulsivamente de forma continuada, algo que le roba mucho tiempo y le hace evitar lugares o personas.
¿Qué factores influyen en el trastorno obsesivo-compulsivo?
Tener familiares con TOC
Los factores genéticos aumentan la vulnerabilidad a esta enfermedad. No obstante, no se han descubierto los genes asociados a este trastorno mental.
Sufrir un trauma
Puede activar los síntomas o mantenerlos cuando el TOC ya se ha manifestado.
Haber padecido una infección
En niños y adolescentes que han sufrido antes una infección se ha descrito una variante de TOC cuya aparición es brusca.
Padecer otros trastornos de salud mental
Junto con el TOC a menudo aparece otra enfermedad mental. Algunos estudios estiman que un 75% de afectados ha sufrido o sufrirá un trastorno de ansiedad, un 40% una depresión y un 30% tics. También puede está relacionado con el abuso de sustancias como el alcohol.
La terapia cognitivo conductual puede reducir un 80% de los síntomas
Aunque depende del nivel de gravedad de la enfermedad, habitualmente el tratamiento del TOC es psicológico acompañado, según el caso, de fármacos.
Una gran efectividad
En concreto la terapia cognitivo conductual es la que obtiene mejores resultados con la estrategia denominada exposición con prevención de la respuesta (EPR).
Su aplicación requiere un psicólogo especializado en TOC. Es útil en un 60-85% de casos y puede reducir hasta un 80% de los síntomas.
En qué consiste
El profesional enseña al paciente a enfrentarse al malestar sin realizar las compulsiones o rituales a que le llevan a las obsesiones.
Al principio las molestias se elevan, pero si se sostienen en el tiempo éstas empiezan a disminuir. Por ejemplo, si la persona con TOC teme tocar el pomo de una puerta, se le anima a hacerlo durante varios minutos hasta que se sienta menos mal.
Una exposición progresiva
Antes de iniciar el proceso, el paciente hace una lista de las obsesiones y compulsiones que tiene y puntúa el nivel de ansiedad que genera cada una. Así, se irá enfrentando de menor a mayor a éstas siguiendo las pautas que el psicólogo proporciona. Con ello se logra romper el círculo vicioso, que las obsesiones y compulsiones se debiliten y que la persona recupere el control.
Prevenir recaídas
Es importante aplicar cada día lo aprendido en terapia para no ir hacia atrás. No obstante, un problema o situación de estrés puede reactivar el TOC, algo que requerirá apoyo psicológico y puede amortiguarse con una buena red social, actividad física regular y un sueño de calidad. ■
¿Cómo convivir con una persona con trastorno obsesivo compulsivo?
Vencer la vergüenza
Es un importante escollo a la hora de pedir ayuda psicológica y tratamiento. Antes de acudir a un profesional, las personas afectadas están de media 10 años con síntomas.
No desistir
Es importante que la persona acepte que el control de la enfermedad implicará tiempo y un proceso.
Sentirse comprendido
Frecuentar las asociaciones de afectados y de familiares con TOC permite acceder a un buen asesoramiento. Además, los grupos de ayuda mutua que se organizan facilitan la integración de la persona.
Encontrar apoyo familiar
La familia puede ser determinante para que la persona con TOC no abandone el tratamiento, para vigilar si sufre recaídas y acompañarla sin proteger más de la cuenta ni reñir.
Rebajar la ansiedad
Técnicas como meditar pueden ayudar a manejar mejor el malestar, sobre todo cuando se realiza la terapia de exposición con prevención de la respuesta.