Miguel Herrán: “Tenía mucho miedo de perderme los primeros meses de mi hija”
El actor de 'La casa de papel' está a punto de estrenarse como padre

Miguel Herrán y su chica, Celia Pedraza, cuentan los días para convertirse en papás de una niña, un acontecimiento para el que se han preparado a conciencia con clases preparto, según nos contó Miguel, de 27 años, en la presentación de la serie 'Los Farad' de Prime Video.

PRONTO: Miguel, ¡siempre te dan papeles de delincuente!
MIGUEL HERRÁN: Bueno, soy un poco delincuente. Será por eso...
P.: Pero sin antecedentes...
M.H.: Buenoooo , ja, ja, ja.
P.: ¿Cómo te ves en esas escenas de acción?
M.H.: Me gusta hacerlas, siempre y cuando no conlleven un riesgo para la producción. Me gusta el deporte y tengo un control de mi cuerpo bastante bueno. Uso dobles cuando hay que usarlos.
P.: En 'Los Farad', interpretas a un profesor de "aerobic".
M.H.: Ha sido la parte más complicada para mí porque no tengo mucho ritmo ni se me da bien el baile ni tengo coordinación.
"He ganado seguridad"

P.: Miguel, la fama te llegó de golpe y de una forma muy intensa. ¿Ya lo has asimilado?
M.H.: En los últimos años he ganado mucha seguridad en mí mismo a nivel profesional. Además, antes vivía al lado de cuatro colegios y era complicado. Ahora vivo en una urbanización alejada. Me gusta bajar a Madrid de cuando en cuando, pero prefiero la tranquilidad.
P.: Tu vida está a punto de dar un giro, vas a ser papá.
M.H.: Tengo muchas ganas y muchísima ilusión. De hecho, tenía miedo de perderme los primeros meses de mi hija, pero he rechazado proyectos para poder disfrutarlos. Lo tengo todo: una pareja con la que estoy fenomenal, una casa que sentimos como un hogar, una economía estable y tiempo.
Recordemos que Miguel va a ser padre con Celia, la hermana de la también actriz María Pedraza.

P.: ¿Y cómo te ves como padre?
M.H.: Prefiero no adelantarme a nada. No puedo saber si va a ser tranquila, problemática, si va a llorar o no… Tal y como están los tiempos, con que tenga las cosas claras y en el colegio la traten bien..., poco más pido.
P.: ¿Ya tiene nombre?
M.H.: Sí. Quedamos en que, si era niña, lo elegía ella y si era chico, yo. El nombre ganador no me disgusta, pero yo prefería otro.